LAE Gustavo Filobello Niño – Filomedios
Xalapa, Ver., 31 de julio 2024.- Al martes 30 de julio, dos han sido las medallas obtenidas por la delegación mexicana en las Olimpiadas de Paris 2024.
En justicia a su tenacidad, son 4 mujeres mexicanas, 3 en tiro con arco con bronce y 1 en Taekwondo con plata. Y si, todos somos expertos en criticar, porque si no son medallas de Oro, nos parecen poca cosa.
Error. Porque al menos 20 deportistas mexicanos, incluyendo a 2 veracruzanos de élite, Crisanto Grajales en Triatlón y Sofía Reynoso, en Kayak, quedaron entre los 10 mejores del
Mundo en sus disciplinas.
Si usted practica algún deporte, sea por placer o por auténtica competencia, me dará la razón que para llegar a las olimpiadas hay que ser el mejor de los mejores.
Pero nadie comenta que además del esfuerzo y disciplina personal para clasificar y llegar a París, la mayoría de los atletas mexicanos y veracruzanos tuvieron que hacer malabares para conseguir el dinero suficiente para sus gastos.
Es una triste comparación pero los países que hacen del Oro las mayorías de sus medallas, como los americanos, australianos, ingleses o canadienses, por ejemplo, desde que detectan a un niño con el talento deportivo especial, lo arropan, lo becan, le asignan entrenadores y en sus estudios, les dan facilidades para poder entrenar al 100.
Además, la iniciativa privada aporta dinero para apoyarlos en sus entrenamientos o concentraciones en campamentos deportivos, dentro o fuera del país, para llevar una buena alimentación y sobre todo una nutrición controlada con psicólogo motivacional de por medio.
Y lo que más nos duele es que ellos vienen a México, con cazatalentos, a reclutar niños y jóvenes promesas ofreciéndoles, además de lo anterior, la oportunidad de irse con su familia a vivir del otro lado.
En nuestro México, si no es por el esfuerzo personal de los seleccionados, sus familiares y amigos, los directivos deportivos mas que apoyarlos, están en su grilla barata, peleando entre sí para adjudicarse los jugosos contratos de alimentación, ropa deportiva y operación de espacios y, con argumentos increíbles, siempre justifican el por qué no hay más medallas, y ya en el colmo del desastre, hasta se quedan con el presupuesto destinado para los atletas, dejándolos varados en los aeropuertos por que no compraron los boletos de avión; ahí está como ejemplo,el equipo de gimnasia acuática mexicana, campeona del mundo.
Aquí en Xalapa hay atletas de alta competencia, como un señor corredor de fondo, mayor de 70 años y quien ha sido campeón en su especialidad y quiere seguir compitiendo en el mundial de atletismo en Estados Unidos. ¿Donde está? Boteando en los bajos del puente Miguel Alemán de la ciudad con todas sus medalla ganadas colgadas al cuello, o el de las jovenes de Voleibol vendiendo brownies por la zona de las Ánimas para juntar su dinerito del pasaje rumbo al mundial de su especialidad.
Estoy de acuerdo con el esfuerzo personal que los atletas deben realizar para conseguir algo de dinero y complementar así sus gastos deportivos, pero si así va a seguir siendo la cosa, con nulo apoyo oficial, dejemos de criticar a los medallistas de bronce y plata por qué en este contexto, hasta mucho están logrando para honrar al deporte mexicano.
¿O usted qué opina?
